Ese espacio sobre el que plantamos nuestra bandera, íntimo, único, el último refugio y en el que retomamos fuerza, el dormitorio, debe tener todos los cuidados para nosotros.
Cuerpo y mente se reconfortan, por lo tanto es un espacio en el que debe desarrollarse una decoración especial, o elementos que ayuden al proceso de sanar el cuerpo y la mente.
En principio, algo fácil, hacer la cama cada vez que te levantas. Si no tienen la suerte de que otro lo hace por ti, tómate unos minutos y estira las sábanas. Llegar a un dormitorio con la cama ordenada transfiere una señal al cerebro. Orden, limpieza.
Es el paso sencillo, un acto mecánico que ayudará en el proceso más complicad, dejar el estrés afuera. Somos maquinarias programables, podemos automatizarnos, de hecho, usamos toda una vida para llenarnos de ritos, dejar el estrés afuera, una vez estamos decididos a acostarnos para dormir, es uno de los más importantes.
En algunos casos, llevar al extremo esta idea es llegar al dormitorio más tarde, por lo que es un esfuerzo combinado, preparar mentalmente o escribir lo que se dejará para el día siguiente, apagarlo cuando se entra al dormitorio.
Mucho se habla de los problemas que se resuelven consultándolo con la almohada, eso tiene más prensa que realidad. Llevar un problema a la almohada, es garantía de una mala noche, con un sueño intranquilo.
En ocasiones hay una confusión de la clase de problemas que resuelve la almohada, lo hará, si es un problema que no causa estrés, como suelen ser problemas a resolver con la inteligencia, problemas escolares, de ciencia, muchos programadores indican haber resuelto problemas dormidos, pero es una clase de problema diferente al que causa el estrés, la preocupación impide el sueño, no lo convoca, pensar asuntos de desafío intelectual, ayuda al sueño.
El cuerpo es sabio e inducirá al sueño cuando haya problemas de esa naturaleza, con el conocimiento intrínseco que durante ese proceso, el cerebro se verá libre y relajado para encontrar el camino de la solución.
Pero cuando el problema es causa de estrés, el proceso es al revés, habrá un boicot del cerebro para bloquear el sueño.
Parte de las acciones que adelantan este tipo de problema del sueño es llevarse papeles de trabajo a la cama, incluso dormir con ropa, en vez de tomarse el trabajo de cambiarse, dejar cosas pendientes del trabajo cercanas al dormitorio, todas esas cosas establecen un recordatorio cuando la mirada se pasea por ellas.
Evitar colgar plantas. Las plantas emiten dióxido de carbono por la noche, vicia el ambiente, lo hace opresivo, siempre que haya una ventana abierta o suficiente aireación, está bien, pero no es conveniente, atrae insectos, hay que cuidarlas, le envía señales al cerebro de muchas cosas, el descanso sería para la vista, dormidos no la vemos, de manera que causa más problemas que formar parte de la ambientación para el descanso.
Una de las más lindas experiencias para el cuerpo es estrenar sábanas, si puede, acaricie su cuerpo con la renovación de sábanas y almohadas.
La iluminación indirecta, para leer o realizar actividades en la cama, ayuda al proceso del descanso. No es necesario la estridencia de luz, salvo durante el proceso de la limpieza, donde se debe comprobar que todo rincón o espacio está realmente limpio, para su uso la luz indirecta, aún para leer, es relajante.
Algunos adultos mantienen en la habitación objetos de cuando eran pequeños, muñecos, autos, colgantes, son objetos que envían un tipo de señal de acción para la memoria selectiva del adulto. Los juguetes nos entrenaron para estimularnos la vigilia, no para inducir el sueño. Es mejor no mantener esas cosas en el dormitorio.
El desorden en la habitación es descuido, lo que parece que no prestamos atención, el cerebro lo registra como sinónimo de estrés, nos hemos entrenado en la vida para que las cosas estén en determinado lugar, cuando eso no ocurre, el cerebro no logra desentenderse.
El desorden compulsivo del cuarto ocurre durante la niñez, o la adolescencia, justo cuando se derrocha energía y no afecta demasiado la performance, pero es también el momento de entrenarse para el orden que luego se necesitará en el resto de la vida adulta.
No es mala idea contar con implementos de relajación para el cuerpo, la cara, las manos, cremas, aceites, olores sirven; es importante que el dormitorio tenga un olor agradable, los malos olores le informan al cerebro que algo malo ocurre y le genera un estado de alerta, que aunque a veces es imperceptible, el inconsciente registra. Por ello, si el cuarto de baño da a la habitación mantenga la puerta cerrada, no porque el baño esté sucio, sino porque nunca se sabe qué circula por las cañerías, que nunca están aisladas, sino que conectan entre sí y nunca se sabe si algo pasa por la noche, mientras dormimos que hace emanar malos olores.
Y por último y la más difícil, para dormir bien, mejor no incluir el televisor en la habitación.
O si lo está, tener la conducta de apagarlo regular y definitivamente a horas regulares.
Autor:Armonía
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